Digan lo que digan, el ser humano y la mayoría de mamíferos soporta mucho mejor el frío que el calor, por diversas razones.
De forma natural, el organismo dispone de numerosas armas para combatir las bajas temperaturas. Sangre caliente, abrigos naturales de pelo, quema de lípidos para aumentar la temperatura, etc...
Desde hace miles de años, los seres humanos han aprendido a combatir las bajas temperaturas con bastante éxito, usando abrigos de piel de otros animales, utilizando el fuego para calentarse y buscando refugio en cuevas o lugares donde la sensación térmica sea mas favorable.
Es un hecho que sobrevivimos a las glaciaciones, pero no solo los seres humanos, también hay que contar con numerosas especies, excepto muchos animales de sangre fría e insectos, cuya evolución no favoreció su destino. Así podemos ver, que el número de especies en las zonas árticas es muchísimo mayor que en los calurosos desiertos.
Si los humanos estuviésemos diseñados para vivir en ambientes cálidos (como las lagartijas), no sería necesario que nuestro cuerpo generara calor (37º). También cambiaría nuestro sistema reproductivo, ya que los espermatozoides, para que no se mueran, tienen que estar dos grados por debajo de nuestra temperatura corporal.
El ser humano debe el 75% de su peso corporal al agua. El líquido elemento catalizador de la vida. La pérdida masiva de agua por culpa del calor es letal para casi cualquier ser vivo.
En ambientes fríos, la pérdida de agua disminuye hasta tal punto que el organismo únicamente utiliza su propia agua para limpiar la sangre y desacerse de las toxinas mediante la orina. También es usada para lubricar los globos oculares, segregación de saliva y mantener húmedos los pulmones (es por eso, que cuando hace calor nos cuesta mas respirar). Con todo, al ser humano le basta con el agua contenida en los alimentos para poder sobrevivir en un ambiente frío.
La temperatura corporal de cualquier persona es de 37º aproximadamente. Si sumamos tan solo 15º en la temperatura ambiente (37+15=52º), la vida es prácticamente insostenible, provocando la muerte por diversos factores.
Sin embargo, si restamos 15º en la temperatura ambiente (37-15=22º), el entorno sigue siendo óptimo para casi cualquier organismo de este planeta. Incluso restando 20º, no se aprecian grandes cambios.
Otro factor biológico y determinante, es que las células de nuestro cuerpo son capaces de sobrevivir a temperaturas muy bajas, gracias a la glucosa, que baja el punto de congelación. Sin embargo, con el calor, muchos elementos, como las proteínas, pierden su función, provocando fatiga (algo muy común en los meses de verano).
De forma natural, el organismo dispone de numerosas armas para combatir las bajas temperaturas. Sangre caliente, abrigos naturales de pelo, quema de lípidos para aumentar la temperatura, etc...
Desde hace miles de años, los seres humanos han aprendido a combatir las bajas temperaturas con bastante éxito, usando abrigos de piel de otros animales, utilizando el fuego para calentarse y buscando refugio en cuevas o lugares donde la sensación térmica sea mas favorable.
Es un hecho que sobrevivimos a las glaciaciones, pero no solo los seres humanos, también hay que contar con numerosas especies, excepto muchos animales de sangre fría e insectos, cuya evolución no favoreció su destino. Así podemos ver, que el número de especies en las zonas árticas es muchísimo mayor que en los calurosos desiertos.
Si los humanos estuviésemos diseñados para vivir en ambientes cálidos (como las lagartijas), no sería necesario que nuestro cuerpo generara calor (37º). También cambiaría nuestro sistema reproductivo, ya que los espermatozoides, para que no se mueran, tienen que estar dos grados por debajo de nuestra temperatura corporal.
El ser humano debe el 75% de su peso corporal al agua. El líquido elemento catalizador de la vida. La pérdida masiva de agua por culpa del calor es letal para casi cualquier ser vivo.
En ambientes fríos, la pérdida de agua disminuye hasta tal punto que el organismo únicamente utiliza su propia agua para limpiar la sangre y desacerse de las toxinas mediante la orina. También es usada para lubricar los globos oculares, segregación de saliva y mantener húmedos los pulmones (es por eso, que cuando hace calor nos cuesta mas respirar). Con todo, al ser humano le basta con el agua contenida en los alimentos para poder sobrevivir en un ambiente frío.
La temperatura corporal de cualquier persona es de 37º aproximadamente. Si sumamos tan solo 15º en la temperatura ambiente (37+15=52º), la vida es prácticamente insostenible, provocando la muerte por diversos factores.
Sin embargo, si restamos 15º en la temperatura ambiente (37-15=22º), el entorno sigue siendo óptimo para casi cualquier organismo de este planeta. Incluso restando 20º, no se aprecian grandes cambios.
Otro factor biológico y determinante, es que las células de nuestro cuerpo son capaces de sobrevivir a temperaturas muy bajas, gracias a la glucosa, que baja el punto de congelación. Sin embargo, con el calor, muchos elementos, como las proteínas, pierden su función, provocando fatiga (algo muy común en los meses de verano).
3 comentarios:
Ottia, un tocho pa no leer, Chuchi ha escrito algo.
Ahh, noooo, que es de rk2
Buen aporte
Nuestro planeta tierra pasa más tiempo en el calor de nuestro sol que en el frio de nuestra luna, en conclusión creo que nuestro planeta soporta más el calor de nuestro sol que el frio de nuestra luna y seria igual con nosotros sus huéspedes...
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